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En primer lugar, quiero felicitarte porque si llegaste a este blog hay una gran posibilidad de que seas una persona emprendedora, que no se conforma con poco, que está dispuesta a mejorar cada día y seguir siempre aprendiendo, una persona que está a punto de tomar o ya tomó la decisión de luchar por sus sueños de emprender y volver realidad esas ideas que tiene en la mente desde hace mucho. Una persona quiere construir una estabilidad económica haciendo algo que realmente le gusta.

Soy Andrea Restrepo y en este artículo voy a compartir con ustedes algunas de las experiencias de emprendimiento que he tenido a lo largo de mi vida y mi desarrollo profesional, pues aunque sé que para algunos no es un tema interesante (y está bien, simplemente pueden leer otros artículos de alguno de mis  blogs); creo que hay otros que comparten mi punto de vista y consideran que el primer paso para poder crear una buena relación y confianza entre los lectores y la persona que genera los contenidos (que soy yo en este caso), es conociendo un poco más de su vida y trayectoria, así que aunque el artículo es un poco largo, acá puedes saber mucho más de mí.

Así como tú, yo, Andrea Restrepo, también he tomado esa decisión de iniciar, de hacer algo que se ha creado primero en mi mente y que he llevado a cabo después de algún tiempo. No ha sido fácil y no he tenido una sola experiencia; han sido varias, algunas exitosas, otras no tanto; pero de todas he adquirido nuevos conocimientos que me permiten mejorar cada día, seguir creando nuevos proyectos y ayudar a otros en el proceso.

Mis primeros encuentros con el emprendimiento

Todo comenzó unas cuantas décadas atrás, cuando siendo solo una niña el bichito del emprendimiento llego hasta mí. En ese tiempo, estando en la escuela, donde la mayoría de los niños sólo piensan en jugar, con el apoyo y ayuda de mi mamá yo inicié mi primer emprendimiento. Mi mamá tenía una tienda de barrio en compañía de mi abuelito y allí también vendían algunos artículos de papelería y misceláneos. Por ese tiempo yo acompañaba a mi mamá a surtir la tienda, es decir, a comprar todo lo que se vendía allí y se me ocurrió decirle que yo quería comprar unas pinzas, balacas y bandas para el cabello, con motivos de Disney y muñequitos y también dulces americanos (chocolatinas principalmente) para venderle a las niñas de mi edad. Ella me apoyó y me compró mi primer surtido, así que, al llegar de la escuela, yo ponía toda mi mercancía en una silla larga en la tienda de ellos y me sentaba a esperar que llegaran las niñas con sus papás y me compraran, mientras que hacía tareas obviamente, pues la formación siempre ha sido parte fundamental de mi vida. Este negocio lo tuve por varios meses y me iba bien, pues a los adultos les gustaba apoyarme y a las niñas les gustaba lo que vendía, al fin y al cabo, yo era quien escogía la mercancía y siendo de su misma edad, conocía más a fondo los gustos de mis clientas.

Después de un tiempo que ya ni recuerdo porqué, deje este negocio, pero luego, se presentó otra oportunidad, ya que en la escuela donde estudiaba pusieron una regla de que sólo dejaban usar accesorios para el cabello que fueran de los colores del uniforme, así que nuevamente con el apoyo de mi madre (y supongo que esta vez fue su idea) y en conjunto con una prima que estudiaba en la misma escuela pero en la jornada contraría, empecé lo que podríamos llamar mi segundo emprendimiento, hacíamos unas diademas súper bonitas que eran de los mismos colores del uniforme y nos fue demasiado bien, diría que prácticamente se convirtió en un accesorio más del uniforme de la escuela, pues todas las niñas las tenían. Todos los días llegaba de clase, hacía tareas y me ponía con mi mamá y mi prima a hacer las diademas (eran decoradas manualmente) y las vendíamos por encargo. El negocio duro hasta que ya casi todas las niñas tenían las diademas y salimos de la escuela.

Durante mi tiempo en el colegio vendía diferentes cosas por temporadas, pero nada muy formal y siempre ayudaba a mi mamá en la tienda.

La verdad es que hasta ese momento lo que había hecho de emprendimientos había sido muy espontáneo, por decirlo de alguna manera, y sin ser consciente de que tenía alma de emprendedora, por ende, en la época de colegio y universidad mis metas eran muy diferentes y como muchas personas mi sueño era graduarme y ser empleada de una empresa grande o multinacional (muy alejado de mis objetivos actuales).

“Mi sueño era graduarme y ser empleada de una empresa grande o multinacional” – Andrea Restrepo

Buscando alcanzar ese sueño de empleada, que tal vez era influenciado por la sociedad del momento y su concepto de éxito, no siempre he trabajado como independiente, y empecé desde los 16 años a trabajar formalmente. Primero trabajé como aprendiz de ventas en un almacén de adornos, mientras cursaba el grado 11. Luego trabajé como secretaria al estar iniciando el 4 semestre de la universidad, mientras daba tutorías/clases a mis compañeros de la universidad y ofrecía el servicio de impresión de trabajos, utilizando una impresora de tinta continua (que apenas estaban llegando a mi país).

Un tiempo después, es la materia de estrategia organizacional, me tocó trabajar en grupo con un compañero con quien no había visto clases antes. Nos fue tan bien trabajando juntos que mi compañero me propuso iniciar una empresa, bueno realmente fueron 2 empresas, así que a los 20 años inicié dos negocios: uno con mi compañero y mi ahora esposo, donde vendíamos páginas web, dominio y hosting, utilizando plataformas autoadministrables que eran algo novedoso para la fecha en Colombia y el otro con mi compañero y una amiga de él, donde implementábamos sistemas de ventas basado en referidos. La segunda empresa no fue muy exitosa, así que la cerramos antes de cumplir un año y nos dedicamos a la de páginas web. Tuvimos esta empresa por más de dos años y medio, pero por inexperiencia, falta de una buena definición de roles en la sociedad, falta de ingresos estables para nosotros (la empresa apenas estaba alcanzando el punto de equilibrio) y porque estaba afectando mi rendimiento en los estudios (yo estaba estudiando una carrera universitaria en Administración de Empresas en semana y una técnica en contaduría los fines de semana), decidimos cerrar la empresa.

Yo seguía con mi sueño de tener algo fijo (ser empleada), porque emprender no es fácil y no había encontrado realmente algo que me apasionara; así que hice las prácticas universitarias con la alcaldía de mi ciudad y a raíz de mi buen desempeño, me ofrecieron continuar trabajando con ellos.

De un modo u otro había alcanzado mi sueño, me había graduado de una muy buena universidad y también tenía una técnica de contaduría que complementaba mi perfil profesional, trabajaba en una empresa grande e importante, con buen sueldo y donde me iba muy bien;  pero, si soy honesta, no hacía lo que más me gustaba y además me di cuenta que tener un trabajo en el sector público, en las condiciones que yo trabajaba (por prestación de servicios), no era lo más estable si no tenías alguna influencia o amigos políticos, así que  cuando hubo cambió de administración, como muchas otras personas, me quedé sin trabajo.

En este tiempo de “inactividad laboral” yo no me podía quedar sin ingresos, pues estaba recién casada, así que ofrecía servicios de revisión de tesis universitarias y de postgrados, daba clases de matemáticas a estudiantes de secundaria, clases de otras materias a estudiantes de mi universidad y era consultora para una pequeña empresa del sector de las confecciones.

Empezar de cero

Un tiempo después conseguí un trabajo de tiempo completo en el área de auditoría financiera, pero mi esposo y yo decidimos viajar a Australia, así que aquí volví a empezar de cero, sin idioma, en un país con un sistema completamente diferente y donde tuve que olvidarme por un tiempo de mis títulos y experiencia profesional y dedicarme a trabajar en limpieza.

Aunque siempre he sido una persona llena de ideas, muchas se han quedado en el olvido, pues tomar la decisión de actuar no siempre es fácil y cuando llegué a Australia, no pensaba en emprender (pues era un país que no conocía), pero esto no significaba que no estuviera en búsqueda de mis sueños, así que lo que si tenía muy claro era que apenas tuviera un inglés aceptable, buscaría trabajo en algo relacionado con mi carrera.

Emprendiendo en el exterior

Después de estar buscando por todas partes, al año y medio de estar viviendo en Australia,  Dios (o el universo si así le quieres llamar) me dio la oportunidad de hacer un voluntariado no remunerado en contabilidad y después de un tiempo trabajando con este emprendedor, me recomendó con otra persona quien estaba buscando ayuda, pero la opción más viable era prestar el servicio como contratista/autónomo, así que esa fue la manera que conseguí mi primer cliente en Australia y como, sin querer me encontré nuevamente emprendiendo.

Ya que de nuevo me encontraba en el camino del emprendimiento, decidí que quería ir un poco más allá. Yo no o quería ser una persona más trabajando con ABN Soletrader (tipo de estructura de negocios unipersonal en Australia) bajo el nombre Andrea Restrepo, que realmente usaba esta opción para buscar trabajo, pero no tenía la intención de desarrollar un negocio y que además dependía de un solo cliente (más parecido a un empleador). Yo quería aprovechar esta oportunidad, convertirme en una freelancer con todas las de la ley, desarrollar mi negocio y posicionarlo, así que decidí formalizar más mi negocio, registré un nombre “In Action Bookkeeping Solutions” y empecé a ofrecer mis servicios a más microempresas. Un tiempo después me asocié con otras personas y creamos la empresa que ahora administro y por medio de la cual estoy desarrollando todos mis proyectos, donde ofrecemos diferentes servicios para emprendedores alrededor del mundo y algunos exclusivamente para latinos viviendo en Australia.

Esta es mi historia con respecto a mi desarrollo profesional, obviamente es a grandes rasgos, pues incluso así es un poco larga para un artículo.

Como podrás ver han sido muchas experiencias, donde he encontrado obstáculos que probablemente tú también estás enfrentado si eres un emprendedor. He logrado sobrepasar muchos de ellos y sigo luchando con otros cuantos, pero de eso ya les iré contando en otros artículos.

Proyectos actuales y futuros

Para terminar, quiero compartir contigo mi otro blog viviendoenaustralia.com. Es un blog que tengo desde el 2013, donde he ido compartiendo parte de mi experiencia viviendo en Australia y muchísima información sobre este país, que es útil tanto para las personas que ya viven en Australia, como para aquellas que están en fase de decisión y planeación del viaje. El blog cuenta con grupos de apoyo en Facebook, canal de YouTube y cuenta en Instagram donde se comparten fotos de viajes y de Australia en general.

En estos espacios cibernéticos en los cuales comparto contenidos de valor y ofrezco servicios de calidad para todos ustedes, estoy buscando alcanzar mi misión actual de vida, pues creo que por fin he encontrado eso que realmente me apasiona: ayudar y motivar a personas como tú a tomar la decisión y actuar en pro de la consecución de sus sueños.

Gracias por leer mi historia y me encantaría escuchar un poco de la tuya, así que si quieres compártela conmigo por medio del formulario de contacto o envíame un mensaje por medio de la página de Facebook .

Que tengas una semana muy productiva.

Andrea Restrepo

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Mi sueño era graduarme y ser empleada de una empresa grande o multinacional” – Andrea Restrepo